No conocíamos a Marga ni su forma de trabajar, optamos por ella por intuición, tras una entrevista en la que hablamos un poco del servicio, e hicimos bien. Tanto ella como la chica auxiliar estuvieron fantásticas durante el día de la boda, incluso aconsejando y ayudando acerca de temas que no eran puramente de fotografía, lo cual ayuda, y mucho. La verdad es que el carácter de Marga es tan afable y alegre que nos sentimos como si fuese una amiga de toda la vida, con toda confianza, y eso es una suerte, porque va ligado a cuestiones personales que no se aprenden en un curso de fotografía ni en formaciones sobre técnicas. Además, sinceramente, yo no me enteré casi ni de que estaban, fueron muy discretas fundiéndose con la gente y todo el mundo nos dijo después de la boda que las dos fotógrafas eran majísimas y que se habían sentido muy a gusto con ellas. Esto ha sido muy importante para nosotros, porque hemos tenido experiencias de otros fotógrafos en bodas de amigos que «dirigían el espectáculo» como si fuese una película y a veces, de maneras no demasiado respetuosas con los novios y los invitados. No dudo de que hacen fotos espectaculares, y si los novios quieren solamente eso, muy bien, pero nosotros no sacrificaríamos el bienestar y el buen rollo ese día por un super reportaje, porque a pesar de las super fotos, te queda una sensación mala. Las fotos van a ser muy chulas. Nos queda el reportaje postboda, por lo que no tengo opinión, pero si va como el día de la boda, seguro que quedamos encantados.